lunes, 14 de diciembre de 2009

Cosas de la vida. Y la muerte.

De vez en cuando se sonríe. De vez en cuando se siente el sabor salado de una lágrima. Tener en cuenta que la muerte esta al alcance de nuestra mano, no es en vano. Ya que sabemos que no podemos obtener un momento hermoso cuando se desea. Pensar que la muerte es lo que más nos inquieta, lastima que muchas veces nos olvidamos de disfrutar de la vida, y preferimos pensar en “¿qué será la muerte?”. Pero en verdad, ¿qué tanto nos importa saberlo?. Si tanto nos importara, iríamos a buscar la respuesta de la manera más cercana: la misma muerte. Pero esa incertidumbre de no saber qué es, no nos permite arriesgarnos a ella, sabiendo que no podríamos volver.
Pensaba, si es que en la muerte, será verdad que ya no sentiremos dolor. O si es que en el mismo estado, tampoco podremos sentir amor. También pensaba, que si la muerte no se “vive”, o mejor dicho, no se “muere” en este mundo… ¿”Viviremos” en otro mundo parecido, o uno totalmente diferente? ¿O acaso no viviremos en ninguna especie de mundo, y viviremos en un espacio reducido, o quizás, ENORME, tan grande, como el infinito? Pero el sentimiento, es de lo que más me preocupa. Quizás sea lo peor de todo. Es decir, lo mejor de la vida, por lo tanto, lo pero de la muerte, sería no sentir. Quizás sea una devolución de todo lo malo que sentimos en al vida, como un castigo. Tenemos la posibilidad de sentir, y sin embargo, nos dedicamos a utilizarlo para cosas horribles, como el mismo odio, mientras que podríamos dejar de derrochar el tiempo, y comenzar a amar. Entonces, ¿será amor verdadero el nuestro? ¿O será el de Dios el único amor verdadero?. Simple. ¿Cómo sentir amor por alguien, por algo, si a la vez, sentimos odio por otro? Suena absurdo, cómo aquel buen Cristiano, que no cree en el diablo.
Todo empieza a deformarse, y ya no entiendes. Se abre algo en tu cabeza. Estas palabras parecen ya no tener sentido, y no entiendes cómo pude unir una con otra.
Solo imagina, carajo. Cerrá tus ojos y volvelo a vivir. Podés sentir aún su fragancia. Podés verlo a los ojos una vez más. Sentí su piel aferrada a tu cuerpo. Los párpados te ciegan, y los necios dirán que está oscuro. Vos buscá los colores. Los ves. Imposible equivocarme.
Te busco. No lo niego. Estás, solo en la imaginación. Es, sin duda, el arma más grande del ser humano. Podemos, sin querer, pintar un arco iris sobre este cuadro oscuro. No lo niegues. Yo no lo hago. Todo está bien si vos querés. Si no, estás muerto.
Y no escuchas que hay sordos. Desvías la mirada ante el ciego. Tarareas ante el mudo. Y aún así, no valoras los paisajes, no importa la melodía y hablas idioteces.
Qué maravillosa es la vida. Qué grandes dotes te dio el altísimo. Siente la suavidad de los labios. Oye el ruido del mar. Observa cómo el sol asoma entre montañas. Siente el hermoso olor de lluvia de verano. Y ahora dime, cómo puede preocuparte lo que pide Babylón.

Dreadlock.

No hay comentarios:

Publicar un comentario