Algo que no se puede explicar me está pasando, y será que no tiene explicación, porque es más hermoso y grande de lo que podemos imaginar, y es en esos momentos, en los que me toca, en los que me abraza y me besa, en los cuales la imaginación tiene un límite, para entrar al campo de lo desconocido, al campo de lo nuevo, de lo inexplicable e increíble.
Es una dulzura que supera el paladar, que penetra en el alma y alegra al corazón, es una belleza muy particular que nunca antes había encontrado y que solo ella sabe manejar. Es una ternura que se deshace a besos cuando la tengo en mis brazos y no la quiero soltar. Una paz que maneja mi vida y no quiero dejar escapar.
Ya no me queda a qué o quién agradecer por esta nueva oportunidad, por este nuevo amor, que sin razón llegó, sin dejarme pensar, sin dejarme decidir. Solo se presentó y no pude resistir a tan inmenso sentimiento de tranquilidad que siento entre sus brazos.
No sé que pasará por su cabeza, no sé hasta dónde lo sentirá, ni cuántas veces por su mente a diario la voy a visitar. Reservada, tímida, dulce al solo mirarla, una figura incomparable y una carita que me desarma con solo una mirada y ya no siento estar aquí, ya no me siento en la ciudad, me olvido de lo demás, y sueño con un lugar perfecto que solo ella puede fabricar.
Dreadlock.
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