jueves, 4 de junio de 2009

Tus ojitos al reír.

Tus ojitos, que se entrecierran al sonreír, me traen calma, me traen alegría, me traen paz y una melodía de amor. En tu interior yo sé que está el amor, que lo guardas para el instante perfecto, el momento sin igual, que deseo sin cesar, en esta historia singular.
Timidez distinta a las demás, silencio que desaparece con tu voz en afortunadas oportunidades. Me siento un privilegiado de escucharte, de mirarte y de sentirte en cada instante que a mi te referís. No siento respirar cuando cerca mio estás, y solo escucho mi corazón cuando me tocás. Sin aviso aparecés, y todo es tan perfecto, que las nubes solas se van, y la lluvia no puede llover.
Es una historía muda y sin calor, que sin querer se formó, quizás el destino lo quiso así, o quizás la suerte me permitió sentirte cerca en esta vida. Son momentos únicos, ideales, que solo el silencio, y la intensidad de las miradas pueden expresar. Es un sentimiento hermoso, que solo la calma de tu voz y la suavidad con la que me tocás lo pueden demostrar.
No hay aviso, no hay advertencia, solo las cosas se dan y un poco más unidos resultamos al final de cada día.
Quizás sea para bien, quizás nadie sepa el porque, pero solo debés saber que mi corazón late con más intensidad desde que te conoció, y mi alma lo único que espera es volver a verte en los senderos impuestos de la vida, para sentirse llena otra vez.

Dreadlock.

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