lunes, 13 de julio de 2009

Universo, Madre tierra, HUMANO.

Veo en un libreo el apellido de un amigo. Raro apellido, de esas poco habituales q solo escuchas una sola vez en tu vida. Esta vez, me lo cruzaba en un libro que parecía, tenía hace bastantes años en casa.
Con solo mirar la tapa podías percibir, una fotografía poco común, una imagen peculiar con una bola gigante que simulaba ser el sol. Y todos puntos brillantes alrededor, con un fondo negro, que sin dudar aparentaba ser una imagen “estelar”, del más allá, de un espacio que aún, según el ser humano, carece de vida.
Me convenció, y abrí el libro en una página al azar. Con solo ver pequeños recuadros con imágenes impactantes del universo, me vino a la memoria cómo estamos tratando, de una manera egoísta y espantosa, a una mínima parte del universo. Nuestra tierra.
En una sociedad mundial tan egoísta, tan soberbia, tan ciega, donde todos quieren ser “el mejor” en todo, dónde todos se creen el ser más increíble y dueño del universo, cómo no se puede aceptar fácilmente que no hay vida en ningún planeta, más allá de que no se haya llegado ni a la luna.
Esa es una de las pocas verdades de mentira que se dan por ciertas en vez de que se atrevan a objetarla. Tan seguros están que el Sol es una bola de fuego, que no deja de quemarse, pero tampoco se hace cenizas, ya que supuestamente, tantos gases contiene su estructura que jamás se acabará. Hay que admirar lo que se ve del Sol, lo poderoso que nos hace, la fuerza, la alegría, las ganas de vivir cada día al levantarse.
Nos creemos reyes del universo, mientras algo tan grande, tan brillante e inalcanzable como el Sol, nos encandila tan solo al mirarlo, que les da calor a los que frío tienen, que les da un abrigo cuando desnudos andan, y que nos llene el alma al vivir en él. Maltratamos a la madre tierra, sabiendo que nos da el alimento y gracias a ella estamos vivos, la castigamos mientras que de ella crece la planta santa, y más allá que de ella sale la vida, la naturaleza.
El agua se evapora pero ya no vuelve, rayos malignos nos lastiman la piel, ya que el abrigo de nuestra madre no resiste más dolor. El aire impide ver, y la impureza se ve en él. La tierra, tapada por el cemento, no puede florecer, y dónde lo hace, derribamos árboles para nada. Los animales se extinguen y no por la evolución, no me mientan, sino por la caza indiscriminada de animales por parte de esos que prefieren ver sus cabezas en sus paredes y sus pieles de alfombra, por parte de esos que no disfrutan de un atardecer con manadas enormes corriendo por el campo para refugiarse de la noche.
El cielo por las tardes tiene horizontes grises y no son tormentas, ya que estás desaparecen en el campo de la siembra, el cultivo y la crianza, y hacen perder hectáreas gigantes de alimentos, y hacen tirar cientos de animales, y nadie reacciona, nadie despierta, nadie se da cuenta que es pura y exclusivamente culpa nuestra.
Es toda una cadena de errores nada más que humanos, ya que se puede ver a toda la naturaleza viviendo en paz y armonía, como la naturaleza debe ser, y solo hay una criatura que puede llagar para matar la calma y romper con esa melodiosa cadena natural. El humano.
Nos creemos el ser más evolucionado del universo, pero en realidad somos los únicos que no respetamos la vida, el amor, la paz, la igualdad y sobre todas las cosas, no tenemos respeto a nuestra madre tierra. La única capaz de mantenernos en pie.
Qué manera egoísta de agradecer todo eso que por la ventana vemos, y que manera ciega e irracional de valorar cada una de nuestras capacidades. Mientras podríamos ser, realmente, un ser maravilloso, desperdiciamos todas esas aptitudes que al nacer obtenemos, para utilizarlas en maldad, guerra, fabricación de armas, venganzas a los pecados, y sobre todo, para la fabricación de monstruosidades que solo sirven para robarnos la libertad, controlarnos, volvernos dependientes, y transformándolo todo, en una gran cadena de nuevas necesidades básicas, contagiando a los más pequeños desde niños, esclavizando las mentes de cada uno, dándonos un límite de hasta dónde pensar, sin saber que nuestra mente no tiene límites y todo puede imaginar.

BASTA.

Dreadlock.

1 comentario:

  1. Eyy, que lindo eso que escribiste :)
    Es todo muy cierto, ojalá empiece a abrir la mente de la gente.
    Bueno Alan, es la primera vez que hablamos después de 7 años, y me caíste bien :)
    Gracias por lo que escribiste sobre mí, es muy lindo.
    Bueno después hablaremos para conocernos un poco más... Y nada, supongo que ya te habrás dado cuenta de quien soy, asique bueno, un abrazo.

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